Ortésia Cabrera, el activismo neurodivergente

La escritora, artista y comisaria ampostina ha pasado por la residencia Baladre de Lo Pati para escribir dos libros y profundizar en el relato teórico sobre la neurodivergencia, con una mirada social y política.

Desde que hace seis o siete años tomó conciencia de su condición neurodivergente, la escritora, artista y comisaria Ortésia Cabrera (Amposta, 1989) ha articulado su trabajo artístico e intelectual en torno a esta singularidad. “El trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDAH), el síndrome de Asperger, la bipolaridad, el autismo o las altas capacidades mentales son realidades que normalmente se leen desde una perspectiva clínica y, por lo tanto, patologizadora. Históricamente, además, se han explicado en tercera persona. Y precisamente mi objetivo es construir un relato sobre la neurodivergencia en primera persona, con una mirada más social y más política”, explica Cabrera.

Este otoño, precisamente, Cabrera se ha instalado una semana en la residencia Baladre de Lo Pati, en pleno Delta del Ebro, para trabajar en dos libros. Tras unos años promoviendo pódcasts, fanzines y exposiciones sobre la temática, ha decidido recoger el conocimiento acumulado en papel. Por un lado, prepara un volumen titulado Manifest neurodescolonial, para profundizar en un análisis teórico y armar un discurso intelectual sobre esta realidad; por otro lado, trabaja en un Manual de supervivència per a l’adolescent neurodivergent, un proyecto que escribe a cuatro manos con la artista Aeren Sánchez, con el objetivo de proporcionar herramientas a adolescentes y a las familias para gestionar la complejidad vinculada a las neurodivergencias.

“A través de estos libros, me gustaría evidenciar hasta qué punto las neurodivergencias han contribuido al desarrollo humano, a la historia del arte y a los cambios tecnológicos. A menudo, la ciencia, la arquitectura, la literatura o las artes han avanzado gracias a personas neurodivergentes”, asegura Cabrera. “La ironía es que, al margen de toda esta riqueza de aportaciones a la sociedad, la gran mayoría de la población neurodivergente vive en unas condiciones materiales, económicas y de salud mental muy precarias. Y eso no se entiende si no es desde una lógica estrictamente productivista”, añade.

Paralelamente a la escritura, la estancia en la residencia Baladre también le ha servido para pintar al óleo. Explica Cabrera: “La articulación del pensamiento a través de la palabra escrita es central en mi obra, pero al mismo tiempo soy muy consciente de que, históricamente, el discurso literario e intelectual ha estado condicionado por expresiones de tipo colonial, por el pensamiento maniqueo que diferencia entre el Bien y el Mal, entre la masculinidad y la feminidad, por ejemplo. Por ello, la pintura me ha permitido encontrar un lenguaje menos racional, más corporal y tangible, para entender mi realidad y la del mundo”.

Ortésia Cabrera ha expuesto en el MACBA (2024), Arts Santa Mònica (2023), en el Mèdol Centre d’Arts Contemporànies (2022), Sant Andreu Contemporani (2021), Institut Valencià d’Art Modern – IVAM (2021), en Sala d’Art Jove (2018) o en el Centre d’Art Lo Pati (2017), entre otros. Ha sido galardonada con el Premi
Art Jove de Patrimoni (2018) y el Premi Miquel Casablancas de Mediació (2021).