Los pilares fundamentales del proyecto del centro se resumen en:
I) Un centro de arte de alcance territorial que ha de cubrir las necesidades y generar programas pensados específicamente para las Tierras del Ebro y la Cataluña Sur. La actividad del centro debe contemplar programas de difusión, producción, formación y archivo, siguiendo los modelos de las Kunsthaus alemanas que, a diferencia de un museo de arte, tienen un posicionamiento más proactivo hacia el entorno.
II) Más allá de constituir el eje vertebrador del arte contemporáneo en las Tierras del Ebro, el centro se ubicará en la red nacional de espacios y centros de arte y en el contexto internacional. Este objetivo se vinculará a un trabajo de especialización y singularización que lo distinga del resto de centros. La apuesta por el diálogo con el patrimonio natural y el paisaje se configuran en este plan como ejes transversales. En este apartado, la lógica iniciada de coproducción de proyectos con el Museo de las Tierras del Ebro, la proximidad de los Parques Naturales del Delta y de los Puertos y la disponibilidad de una residencia para artistas ubicada en el corazón del Delta nos proporcionan una posición privilegiada.
III) Estas dos características: la dimensión territorial y la especialización en arte y naturaleza nos marcan un tercer rasgo distintivo. El centro debe contemplar la "deslocalización" de los proyectos fuera del espacio físico propio. Es decir, que la actividad que se dinamice debe promover también intervenciones en el contexto natural, rural o urbano, así como alianzas con agentes e instituciones del territorio que puedan acoger actividades o implementar programas. Esta característica se refuerza, de nuevo, con el programa de residencias ubicado al equipamiento que dispone el centro en la pedanía de Balada, en el corazón del Delta.
IV) Por último, este planteamiento nos acerca a una definición de arte como instrumento de transformación socioeconómica del territorio. En esta dirección el centro debe contribuir a la profesionalización de la práctica artística, a la revalorización de las aportaciones de la investigación artística en otros sectores profesionales y el fomento de la transferencia de conocimientos: transversalidad, participación y alfabetización. Así como, a medio plazo, debe generar una oferta cultural potente que complemente y amplíe el atractivo turístico y patrimonial de las Tierras del Ebro.