BIAM 1991. “Premio Bienal de Arte Ciudad de Amposta 1991”
Cuando hablamos en términos de arte, como en los de felicidad o belleza, no podemos aplicar el concepto de progreso. Parece evidente que un hombre del neolítico tenía la posibilidad de sentir una experiencia de felicidad tan intensa como la que puede vivir una persona de hoy.
Jurado
Daniel Giralt Miracle; Gloria Bosch; M ª José Corominas; Saretta Cincinelli; J. Corredor Matheos; Florenci Guntin.
Premios y seleccionados
1er premio:
Manel Margalef y Arce
Mención de honor:
Eduardo Valderrey y Cuenca
Núria Manso y Campos
Seleccionados:
Susana Castillo y Martí
Pere Folch y Piqué
Narcís Gironell y Oliveras
Joan A. Goikoetxea Lapasín
Mercé Luz y Arqué
Elisabet Mabres
Sergi Marcos y Pons
Marian Marín y Felipe
Clara Oliveras y Valentín
Manuel Rodríguez y Granados
Pierre Tchetverikoff
Presentación
El ahitamiento del arte
Quizás no es un título demasiado adecuado ni oportuno para encabezar la presentación de una bienal, pero el momento actual nos ha puesto ante un ingerir por ingerir -todos los ámbitos culturales y especiales-, siempre con el peligro del plastificado, el sucedáneo o el parásito. Soy sincera a la hora de establecer esta comparación y pienso que los miembros del jurado, el público, la sociedad en general, se ha sentido más de una vez sumergido en la idea. Lo que empezó en el mundo de las artes como una euforia colectiva de hacer cada vez más, ha continuado con el descenso impuesto por la economía de mercado y de hoy se traduce en una especie de paréntesis reflexivo, un estado de calma necesario para valorar exactamente el punto donde nos encontramos, un punto donde estamos implicados todos, que necesita, como nos diría Gloria Picazo, una pauta de actuación: "quizás hacer menos, pero pensar mucho más".
Si nos fijamos en el contexto aparece rápidamente una cuestión previa de selección -una función eficaz que también hemos hecho nuestra en la elección de esta Bienal de Amposta-, ahogados como estamos en el parásito plástico y literario. Hasta ahora, en los últimos años, lo ingeríamos / digeríamos "todo", pero este aire saturado que permitió construir la parábola de George Steiner antes de tumbar la década hacia los noventa, nos deja clara una postura que debe adoptar el individuo: "reaprender a ser humano", ver en un "contexto" creativo que implica una experiencia plena de los sentidos y alcanzar el potencial de comprensión / respuesta. Quizás sí que vivimos la época que Steiner califica del "epílogo", donde la obra se convierte en una herramienta utilizada arbitrariamente para introducir a nuestro monólogo.
En cualquier caso estamos aquí, ante la exposición que inicia la segunda convocatoria de la Bienal de Amposta donde permanece marcada la potencialidad del arte joven y la necesidad de encontrar respuestas, tal como ha hecho el ganador, Manel Margalef, con su obra "Síntesis de un diálogo", donde la base de la reflexión es el tráfico permutado, la movilidad constante del orden, la falta de límites y la necesidad permanente de explorar el vacío como preexistencia de múltiples combinaciones. Es el único punto que, desde su propia potencialidad creativa, nos ayuda a proyectar los diferentes parámetros: la obra como espacio llega a ser tan importante como todos los espacios contenidos.
Reaprender a ser humano significa un ejercicio de reflexión a todos los niveles y qué mejor para nosotros que tener referencias de planteamientos plásticos exigentes, donde la necesidad de tener un "espacio" de confrontación por el arte constituya un acceso inmediato a los ámbitos especializados y al público. En una sociedad en la cima del vacío es difícil establecer ópticas selectivas rigurosas diferenciando el fondo que genera cada obra: es obvio que la oportunidad, la necesidad de borrar la palabra de ayer (el permanente efímero que nos envuelve), de construir " espacios "espectaculares donde se borran las fronteras de la honestidad, nos ha lanzado a una oferta desnuda de ideas donde cada uno ha procurado desarrollar al máximo las antenas para triturar fragmentos, flashes de flashes que llegan más o menos desvirtuados en el espíritu "funcional" de mucho artista de hoy.
Glòria Bosch
Junio de 1991
Créditos
Ajuntament d’Amposta
Generalitat de Catalunya. Departament de Cultura
Diputació de Tarragona
Museu del Montsià
Escola d’Art
Medesa